sábado, 5 de julio de 2008

Construcción del Sujeto Histórico desde el Paradigma emergente

El surgimiento de los Movimientos Sociales en Latinoamérica, se define como un proceso político, social de participación popular, fundamentado en el pensamiento revolucionario, el cual tiene como propósito fundamental la transformación política, económica y social de la sociedad, es decir; convertirse en sujetos colectivos capaces de promover o protagonizar cambios radicales en un determinado orden social.
En ideas expuestas por autores como Nachman (2004), Ferrari, Hinojosa y Pasmiño y Pereira (2004) entre otros, se evidencia un análisis detallado de los Movimientos Sociales que han venido emergiendo en América Latina entre ellos: Zapatistas en México, los Piqueteros en Argentina, el Movimiento Indígena en Ecuador y Bolivia, el Movimiento sin Tierra en Brasil y los Círculos Bolivarianos en Venezuela.
Estos Movimientos surgen como un alternativa de solución a problemas comunes como: necesidades de supervivencia, sumisión, explotación laboral, de género, ecológicos, resistencia a políticas neoliberalistas, defensa cultural, entre otros. En tal sentido, se pudiera decir, que estos Movimientos sociales sin perder su identidad, han tratado de trascender lo político y económico en búsqueda del bien colectivo, para obtener cuotas de poder y generar cambios en la sociedad. Tal como lo expresa Segovia y Valdés (1986: 9) “Los movimientos Sociales son el conjunto de expresiones organizativas populares que buscan la transformación del orden social, imperante sobre la base de un esfuerzo sistemático, articulado y sostenido para generar cambios”.
Al respecto Espinoza (1997: 17) señala: “No hay más fuerza poderosa que el despertar de la conciencia de los pueblos en su verdadero y auténtico destino histórico”. Entonces, corresponderá a cada ciudadano ser protagonista de los cambios sociales, recorrer el hilo trazado por los primeros pobladores de la nación, para reorientarla con pujanza y autenticidad, modelándose con los valores más preciados del pasado y del presente de su historia.
Asimismo, la Prof. Arleny Espinal, define los Movimientos Sociales como aquellos que poseen el espíritu revolucionario, gente que va en contra de la globalización, y las transnacionales, que buscan la unidad en la diversidad, y se constituyen sobre la base de una necesidad.
La razón de ser de los movimientos está sustentada en tres principios:
- Principio de Identidad, que relacionado con la forma de concebir el ser humano como un ente colectivo, con valores de solidaridad, cooperación, donde se concibe el mundo como un espacio que favorece la relación solidaria entre los seres humanos, la diversidad, la auto-organización y, sobre todo el amor. Es así, como los movimientos sociales se caracterizan por los siguientes rasgos ontológicos:
- La sociedad es un espacio para la cooperación y la solidaridad.
- Ver la libertad como la búsqueda colectiva , a fin de mejorar las condiciones posibles para la cooperación y la horizontalidad en las relaciones sociales.
- Predominio de la participación y protagonismo social del colectivo, donde el liderazgo es una condición de los grupos humanos.
- Principio de Oposición, se refiere al objetivo de la resistencia, es decir “contra quien se oponen”. En este caso “se oponen al llamado capitalismo” y su manifestación actual el “neoliberalismo”.
- Principio de Totalidad, por cuanto su acción va orientada a la defensa y consolidación de los espacios de autonomía de manera global, ampliando así su radio de acción e influencia cultural.

Desde la visión de los autores antes mencionados se puede afirmar que uno de los Movimientos Sociales de mayor trascendencia histórica es el Zapatista de México, que tiene como principio ideológico “Mandar obedeciendo”, lo cual indica ir más allá de la representatividad del líder, con el fin de responder al colectivo; Movimiento sin Tierra en Bolivia y Brasil que tienen como objetivo luchar contra los latifundistas logrando así titular una buena parte de las tierras en conflicto. Su lema es “La tierra es de quien la trabaja”. Además de luchar contra las transnacionales, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio y los Círculos Bolivarianos que tienen como misión: “Organizar la construcción del poder popular desde las bases bajo la premisa de “Todo el poder para el pueblo”.
Sobre las bases de las ideas expuestas cabe preguntarse ¿Cómo se construye el sujeto histórico?. El sujeto histórico se construye en la plenitud de sus atributos físicos y morales, cuando éste tome conciencia de pertenencia a su patria y asuma la necesidad de participar en los problemas que afecta al colectivo, es decir; ubicado preferentemente como factor positivo del trabajo de las comunidades, con garantía de sus derechos civiles y políticos, adoptando una posición crítica y reflexiva, capacitado para el trabajo productor mediante el dominio de las técnicas requeridas para el desarrollo técnico de la época, fomentando la cooperación y actuando al margen de los intereses políticos y partidistas, y luchando por el rescate de su identidad y de su cultura.
Sobre la base de estas características, desde la visión prospectiva del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, (2004) la formación del hombre implica el desarrollo de la conciencia, capacitación para luchar contra la explotación del hombre, por el hombre y para alcanzar con la liberación individual la liberación nacional. En la primera década del siglo XXI, se vislumbra ya, la formación de este nuevo hombre, aunque con muchas adversidades que afectan la mutación social.
Desde otra postura anterior, pero en el mismo orden de ideas, el prócer de la independencia cubana José Martí, afirmaba que la educación debía estar orientada a elevar la dignidad del hombre a través de su compromiso con los pobres de la tierra, pero además debía asumirse el compromiso con el progreso técnico que los pueblos de América requerían para salir del atraso que los hacía presa fácil de la dominación imperial.
Desde esta perspectiva, el maestro asume el principio de la socialización de la educación que persigue el propósito de insertar la escuela en el medio social de modo que el régimen de estudio y de trabajo del plantel se ordenen como mecanismos de acción social, proyectándose en consecuencia el aprendizaje en función colectiva. Por ello, la pedagogía robinsoniana concibe la noble misión de la escuela como un acto constructor de vida, formadora del nuevo ciudadano desde una pedagogía del diálogo, que rompa con el individualismo, la competencia, la dependencia y el autoritarismo y que implique levantar la consigna de la igualdad social.

Referencias Bibliográficas:
Espinoza I. (1997). El Educador y la Investigación Acción Transformadora. Venezuela: Ediciones Los Heraldos Negros.
Hinojosa F., y Pazmiño C. (s.f) La utopía revivirá para un cambio social. Foro social de las Américas en Ecuador. Material compilado por la UNESR (2008)
Morán L. (2004). Luis Beltrán Prieto Figueroa: Maestro de la democracia venezolana. Revista Utopía y Praxis Latinoamericana Año 9 Nº 25 Abril-junio 2004. Venezuela: Universidad del Zulia.
Nachman E. (2004). Escuelas primarias autónomas zapatistas. Material compilado por la UNESR (2008)
Pereira J. (2004). Movimientos Sociales discuten como unificar fuerzas para crear otro mundo posible. Material compilado por la UNESR (2008).

No hay comentarios: